miércoles, 5 de mayo de 2010

Sistemas Básicos Energéticos.

Cuando nos referimos al término de energía, estamos hablando de la capacidad para realizar algún trabajo físico, en donde, para efectuar tal acto, se debe de poseer y demandar un aporte fundamental para el cuerpo, y son los aportes energéticos que nos brindan los alimentos, con el fin de ir generando una adecuada fuente energética, que sea la necesaria a los constantes requerimientos de los cuales el cuerpo esta condicionado. Cabe destacar que el organismo por si solo posee reservas energéticas, pero que son solamente las necesarias para realizar las actividades diarias, normales para vivir; estas fuentes son preponderantemente los hidratos de carbono extraídos claramente de lo que se consume, siendo absorbida por los músculos y el hígado, convirtiéndose luego en glucógeno, las proteínas y las grasas que también se transforman en glucosa debido al proceso llamado glucogénesis; y finalmente, la producción innumerable de ATP. Esta fuente es necesaria para la realización de todo trabajo físico, y más aun cuando se interviene en un trabajo desde la perspectiva del deporte.

En el entrenamiento deportivo es fundamental contar con estas fuentes energéticas y su desarrollada producción, de la mano con el consumo de oxigeno, debido a que nuestros músculos (encargados de dar el sustento, movimiento y tensión entre otras cosas, necesarias al cuerpo) necesitan interminablemente de este combustible, debido a que el consumo energético que se requiere es altísimo limitando con tal característica positiva o negativamente el rendimiento de los deportistas. Por ejemplo con la iniciación de un entrenamiento de intensidad moderada a grande, la transferencia de fosfato y la glucólisis anaeróbica representan las fuentes iniciales de combustible para reponer el ATP consumido, el que va desapareciendo de acuerdo a los segundos transcurridos. Por otro lado los niveles de glucógeno y fosfocreatina descienden apresuradamente dando paso a la crecida de la concentración de lactato en la célula. La preferencia preliminar de estas vías metabólicas, está respectivamente ínterlazado en parte con la velocidad de las reacciones para la producción de ATP. El metabolismo oxidativo es mucho más lento y además necesita una mayor captación de sustrato y O2, los cuales requieren un incremento del flujo sanguíneo. Luego una vez obtenido este estado, la reproducción de ATP se puede atribuir casi plenamente a la captación de O2 y sustratos de la sangre.
También tanto en un estado reposo como en entrenamiento, el músculo esquelético manipula ácidos grasos libres (AGL) como una de las principales fuentes de combustible para el metabolismo aeróbico.

El requerimiento de los sistemas energéticos por parte del cuerpo varían considerablemente, de acuerdo en el contexto donde se encuentre y al nivel de entrenamiento que esta siendo participe el individuo, es por ello, que es fundamental la adaptación metabólica de la persona entrenada, ya sean estas a nivel de los propios sistemas energéticos, como también a nivel muscular, satisfaciéndose por el sistema de ATP-PC y por la Glucólisis, que es la descomposición anaeróbica de glucógeno muscular existente en el organismo.

miércoles, 28 de abril de 2010

Capacidades Físicas Condicionales y Coordinativas.

Estas dos enunciaciones, definidas como la aptitud o suficiencia necesaria para realizar alguna cosa, son sin duda aspectos trascendentes en el desarrollo de todo ser humano, debido a que por ello, se incrementa y desenvuelve el potencial psicomotor necesario para adecuarse a las condiciones naturales de la vida diaria, en donde la persona va experimentando un sin numero de cambios, ya sean estos, anatómicos, sentimentales, funcionales y morfológicos, en sus distintas etapas, las que establecen de cierta forma la capacidad de movimiento que en cada época se posee.

Estas capacidades Condicionales y Coordinativas (con la adecuada interrelación de ambas), de acuerdo a la evolución natural de cada individuo, forman una base única, esencial para la sobrevivencia de la especie, dando paso y sustento a las llamadas “Habilidades Motrices Básicas” (H.M.B.), las que resultan ser, en otras palabras, el idioma del cuerpo, debido a que esto, por un lado, es el primer sistema de comunicación con el resto, desde que somos lactantes hasta entrada la niñez, donde ya se comienza a hablar y, por otra parte, es un pedestal primordial para los aprendizajes motores posteriores, sean estos de un interés deportivo o no.

Las Habilidades Motrices Básicas, miradas desde la perspectiva de la motricidad, se agrupan en diferentes acciones, las cuales son: de Locomoción, Manipulación de objetos y Control Corporal, las cuales a partir de una opinión personal les faltaría un elemento más para su total explicación, y que sería la Comunicación o Expresión Corporal; acción que se traduce en la síntesis acabada de todas las demás funciones efectuadas por un individuo.

Posteriormente, y con el transcurso del tiempo, estas habilidades desplegadas en versiones concertadas y variadas, más la incorporación de algún entrenamiento físico (de carácter deportivo), dan paso a la constitución de las “Habilidades Motrices Especificas” (H.M.E.), las que resultan ser acciones y/o actividades motoras un tanto más avanzadas, las que se reconocen también como “habilidades Deportivas”, consiguiendo con ello, destrezas más complejas e individualizas.

En diversos estudios, se enuncian las diferencias de las Capacidades Condicionales, las cuales se establecen en dos grandes potencias, la que son por una parte la Metabólica y por otra la Mecánica (músculos y estructuras acopladas), de las que se desprenden cuatro factores importantes, tales como: La Fuerza, La Resistencia, La Movilidad y la Velocidad, expresadas en todas sus dimensiones y especialidades.

Con las de la otra vereda, es decir, las Capacidades Coordinativas, que se sustentan en las disposiciones de control y regulación neuromuscular, entre las que se distinguen: La Diferenciación, El Acoplamiento, La Ritmización, El Equilibrio y la Orientación, entre otras.


miércoles, 21 de abril de 2010

El Proceso de Adaptacion en el Deporte.



Si bien es cierto, la palabra "adaptación" es un término demasiado amplio respecto a la inmensidad de espacios que ella abarca, puesto que es, por lo menos para los seres humanos (por su condición multifunciónal) una constante a lo largo de su vida, transformándose en un proceso de conciliación entre él y su entorno para buscar su bienestar y siendo por lo mismo, diferente en cada uno de los actos en que se desenvuelve.

En el ámbito del deporte, este proceso de adaptación es clave para el éxito y logro de los objetivos que se planteen por este, siendo en otras palabras el puente que une lo que tiene el deportista con lo que será en un tiempo determinado de trabajo, determinando los resultados, ya sean positiva o negativamente.
Este mecanismo se sustenta en dos bases fundamentales para su realización, las cuales son en primera instancia un proceso biológico, que depende fundamentalmente del sistema nervioso central que comanda el actuar propio del organismo en su conjunto; y en segunda instancia un proceso pedagógico, el cual se refiere a las formas en que se pueden entregar los diferentes sistemas de entrenamiento (medios, métodos, volúmenes, intensidades, etc.), siendo este ultimo el que cobra un poco más de relevancia, debido a que por esta área se refleja el:
-Nivel de Estrés, los que pueden ser muy intensos impidiendo la adaptación, dando paso con ello al agotamiento, pero como también provocando un efecto positivo permitiendo la adaptación;
- Equilibrio u Homeostasis, siendo este compuesto por l movilización de reservas de energía, activación de las síntesis de proteínas y de las defensas propias de cada organismo,
-Efecto de Entrenamiento, que manifiestan las personas al ser participes en dicho proceso, loe que pueden ser inmediatos, resultantes y acumulativos.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, podemos ver que existen dos tipos diferentes en cuanto a la adaptación, los cuales se diferencian de acuerdo a la respuesta orgánica en el tiempo y la intensidad en que fueron sometidos los estímulos. Estas adaptaciones pueden ser Inmediatas o Rápidas respondiendo con eficacia y premura al trabajo que se esta requiriendo; como también pueden ser Crónicas o a Largo Plazo las que quedan condicionadas por el potencial genético que presente cada persona; siendo más efectiva esta, cuando se utilizan frecuencias de entrenamiento con cargas elevadas, oponiéndose a grandes exigencias.